
El viejo maestro vió cómo el escorpión se estaba ahogando en la fuente, y decidió sacarlo del agua. Al agarrarlo y alzarlo, el bicho le picó.
Como reacción instintiva al dolor, el maestro soltó al animal, que cayó al agua de nuevo. El escorpión comenzó a hundirse, así que el anciano intentó sacarlo de nuevo y el bicho le volvió a picar y volvió a caer a la poza.
El discípulo, que lo había observado todo, le dijo:
- Maestro, ¡es usted un terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará? Déjelo que se hunda.
El maestro se volvió con calma y explicó:
- La naturaleza del escorpión es picar; lo sé. Pero eso no va a cambiar la mía, que es tratar de ayudarlo.
Y entonces, valiéndose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
Etiquetas: cuentos, moraleja
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