Lunes Maldito
¡Ay! con lo bien que me lo estaba pasando yo este finde... (y curiosidades planetarias varias)

jueves, enero 18, 2007

[Batallitas] Cita a Ciegas (III y final)

Ya sé que pensaréis “en qué historias se nos mete este Óscar”, pero estaréis conmigo en que ‘a priori’ nada parecía indicar que me las tendría que ver con Leatherface.
Mientras observaba al ser tras el potus del bar, más relajado ya al haber vaciado la vejiga, decidí comportarme como el caballero que soy, aunque no aparento, y volver a la mesa para ver qué más barbaridades tenía que explicarme la hembra Hutt.
Y deprisa además, que el sol ya se estaba poniendo y desde esa tarde creía en las fuerzas de la oscuridad.

- Como nuevo –solté con una sonrisa mientras volvía a sentarme.
- Sí que has tardado, pareces un tía.

Ahí creo que le dediqué una de esas miradas entre “mira, no me toques los cojones que no estoy para fiestas precisamente” y “paso, no voy a contestar a eso que la vamos a liar”.

El resto de la cita a ciegas ya no lo recuerdo, supongo que estaba más pendiente de cómo se iban alargando las sombras a nuestro alrededor. Sí recuerdo que fuese pq ya iba medio borracho o pq al fin y al cabo el ser tampoco presentaba visos de ser malvado, la charla resultó más amena de lo que había podido esperar tras el tiro de gracia anterior.

Si al despedirnos finalmente nos dimos los dos besitos de rigor tampoco lo recuerdo; mi mente es freudiana y tiende a borrar recuerdos traumáticos para mantenerme a salvo de la locura.

El caso es que todo hubiese quedado en una anécdota más o menos divertida si no hubiese recibido al día siguiente una llamada.

- Óscar, es para ti –dijo mi hermana pequeña alargándome el inalámbrico.
- Sí.
- Hola, ¿qué tal?
- Bien, ¿quién eres?
- ¿Ya te has olvidado de mí?

Horror, era el Hutt. Un escalofrío recorrió mi espalada.
Decidí refugiarme en el cuarto. Dios bendiga la tecnología sin cables.

- ¿Qué te cuentas? –pregunté con desgana no fingida.
- ¿Te quieres venir a patinar el sábado con unos amigos? Solemos ir por el Puerto Olímpico.
- Ya he quedado con un amigo –mentí como un bellaco.
- Pues desqueda.
- Hummmmm....no.
- ¿Por?
- Por que ya he quedado. Ya sabes, el tema de las prioridades de los amigos y todo eso.
- ¿Ah, sí? ¿Y yo qué soy para ti? –subió el tono.

La conversación estaba empezando a no gustarme un pelo.

- Una conocida –respondí en un tono un tanto frío.
- ¿Sólo soy eso? ¿Una conocida? ¿No amiga?
- Ehhhhhh...... no –decidí explicarle la diferencia entre conocidos y amigos por si se había perdido aquel episodio de Barrio Sésamo-. Una persona con la que quedo una tarde es un conocido. Alguien a quien conozco desde hace años y con quien sigo manteniendo una relación, es un amigo. Y en mi escala de valores un amigo tiene prioridad a un conocido, y más si ya se ha quedado.

Siguieron unos segundos de silencio.

- ¡Haces lo mismo con todas, ¿verdad?! ¡Quedas, echas un vistazo y si no te convencen les das puerta! ¿Verdad?

Ahí empecé a ponerme nervioso, y mucho.

- ¿Pero qué dices? –balbuceé sin terminar de creer lo que estaba ocurriendo.
- ¡Si claro, qué digo! ¡Todos los tíos sois iguales! ¡¿Por qué no te quieres venir a patinar, eh?! ¡Dime!

Hasta aquí habíamos llegado.

- No voy porque no me sale de los cojones, eso lo primero. Y no tengo que darte ninguna explicación. Y cálmate que esa no es forma de hablarle a nadie. ¡Menuda bronca, tía! ¿Pero tú que coño te crees? No me habla así ni mi padre, vamos.
- ¡Uy! Al niño hay que tratarlo con cuidadito que se enfada.
- Llámale respeto. Creo que no lo conoces. Y la que se ha puesto como una fiera has sido tu.
- ¡Por que me tratas como a una mierda!
- ¿Qué? ¡Pero qué dices! A ver si te enteras, ¡que no te debo nada! Nos conocimos el otro día y punto.
- O sea que ya no vamos a quedar más, ¿no?
- ¿Después de demostrarme que estás como un cencerro? Espera... hummmmmm... no.
- Eres un cabrón.
- Mira, vete a tomar pol culo, tía.

Y colgué.
Al secarme el sudor frío de las palmas en el tejano me di cuenta de que me temblaban las manos.

“Joe con la tía. O sea que sí: está como una puta cabra y encima tiene mi número de teléfono. Pues qué bien. Anda que tengo yo buen ojo.”

El teléfono volvió a sonar y di un bote en la cama. Sonaba estridente en el silencio de mi pequeño cuarto; con timbrazos terroríficamente largos.
Lo dejé sonar absolutamente aterrorizado ante la idea de que volviese a ser ella.
Al final descolgué.

-¿Sí?
- Oye siento lo de antes.
- Mira, no quiero hablar más ¿vale? Y no me vuelvas a llamar.

Y volví a colgar.
Y el teléfono volvió a sonar.

“Señoras y señores, ¡ponga un psicópata en su vida!”

Esta vez lo dejé sonar hasta que saltó el contestador, al borde de la taquicardia y pensando en cómo iba a librarme de la loca Hutt. Ansié que el orgullo le impidiese volver a llamar y así fue.


Durante las dos semanas siguientes daba un respingo cada vez que sonaba el teléfono. Di orden expresa a las Guardianas del Teléfono (mis hermanas, quienes recibían el 97.34% de las llamadas telefónicas del hogar, calculado para un periodo de 3 meses) de informar sobre mi ausencia en caso de recibir llamada de una hembra de cuyo nombre no quiero acordarme.
Tal fue mi paranoia durante esos días que más de una vez, al llegar a media tarde a casa, vacía a esas horas, temía encontrarme a mi gata Lis hirviendo en la olla. Pobre.

Y así fue como aconteció, como ya dije al principio, tal y como yo lo recuerdo.


Al menos aprendí algo de todo esto. Amig@, si vas a tener una cita a ciegas, asegúrate de ser tú quien pueda reconocer a la otra persona, ve unos minutos antes, te parapetas tras una farola con buena visibilidad (un banco con periódico es sospechoso, maldito cine) y cuando reconozcas a tu cita y valores su aspecto, ya podrás actuar en consecuencia. Si su aspecto no te evoca visiones del infierno de los Harkkonnen en plena rave puedes arriesgarte, y si no corre, corre maldit@, ¡es ella!

Etiquetas: , ,

2 Comentarios:

  • Me he estado riendo un buen rato, imaginándome a la tia como Harkkonen con pelo largo .... Para qué me lo dirías!!!
    Queremos más historias!!!!! a este paso te abrimos un club de fans :P

    By Anonymous Anónimo, at 5:46 p. m.  

  • Muy bueno y repugnante. Me has recordado al Vladimir Harkonnen lynchiano con las pústulas en la cara y todo. Que asco por Dios.
    En menudos líos te metes. Esperaremos ansiosos la próxima aventura.

    By Blogger roybatty, at 7:07 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home